Si le pidieran que evaluara sus habilidades en el uso del software de procesamiento de palabras en una escala de 1 a 10, es muy probable que calificaría sus habilidades con un puntaje bastante alto, tal vez un 8 o un 9. Pero en qué se basa la puntuación? ¿Quiere decir con esto que usted sabe cómo hacer una combinación de correos, o cómo se puede editar y aplicar estilos de texto? Ése es el problema con la auto-evaluación: cada uno se mide de manera diferente. Añada la tendencia de las personas a sobreestimar sus habilidades, y usted tiene los ingredientes para una gran confusión acerca de lo que la gente realmente puede hacer con la tecnología!
Para averiguar qué tan grande es realmente el problema, ECDL Foundation ha publicado un informe que examina los resultados de estudios recientes de la cultura digital, llevado a cabo en cinco países europeos por los socios de ECDL Foundation.
La clave de lo encontrado es bastante simple: la gente no es buena en la evaluación de sus propias habilidades. Los estudios, que se llevaron a cabo en Austria, Dinamarca, Finlandia, Alemania y Suiza, encontraron que las personas sobreestiman constantemente sus habilidades digitales. Por ejemplo, en Austria, el 94% de los encuestados describió sus niveles de habilidades digitales como “normal” a “muy buena”. Cuando se pusieron a prueba sus habilidades reales, sólo el 39% logró alcanzar un resultado de acuerdo al nivel que habían asegurado tener. La investigación también resaltó el hecho de que existen deficiencias significativas en las habilidades digitales en todos los países estudiados. Incluso los países que obtuvieron una puntuación muy alta en índices internacionales, las personas evidencian tener deficiencias en sus conocimientos y habilidades en TIC que podrían frenarlos a tener un mejor desempeño.
Se ha dicho muchas veces, pero vale la pena repetirlo: las habilidades digitales son vitales. En casi todos los puestos de trabajo, hoy cada vez más y sin duda en el futuro, se requieren habilidades digitales. Eso significa que todos los trabajadores deben tener, o adquirir, esas habilidades. Una mano de obra con formación digital es importante para la sociedad, ya que permite a los individuos progresar en sus carreras y lograr más, pero también es importante para los empleadores. Empleados alfabetizados digitalmente permiten a las organizaciones aprovechar al máximo las tecnologías modernas, y ayudarles a competir. A su vez, esto puede ayudar a impulsar la economía de los países. Está claro que es el interés de todos asegurarse de que los trabajadores tengan las habilidades digitales que necesitan para trabajar con eficacia y eficiencia. De hecho, la importancia de la productividad en las habilidades digitales hace que sea aún más preocupante que la gente no sea buena en la estimación de sus propias habilidades. Si no aceptamos la necesidad que existe de mejorar las habilidades y ampliar este conocimiento, ¿cuál sería la motivación para hacerlo?
Es fácil ver el problema de los bajos niveles de las habilidades digitales como algo abstracto, pero, como ya hemos escrito aquí anteriormente, una escasa alfabetización digital cuesta mucho! Un estudio en los Países Bajos encontró que la ignorancia digital podría estar costando a la economía holandesa 21,6 billones de dólares al año en pérdida de tiempo, mientras que otro estudio en Singapur estima que los trabajadores gastan, en promedio, 151 minutos a la semana que tratan con dificultades para utilizar el software en sus equipos, con un costo de más de 1.738 de dólares por empleado cada año.

Dos de los estudios que se presentan en nuestro nuevo documento, se llevaron a cabo en Dinamarca y Finlandia: países que obtienen altas clasificaciones internacionales para la calidad de sus sistemas educativos, la competitividad digital, y las habilidades para aprovechar las posibilidades que ofrece la sociedad digital. A pesar de esto, y a pesar de que lo hacen bien en algunas áreas, los estudiantes que participaron en los estudios realizados obtuvieron bajas calificaciones en varias áreas clave de habilidades digitales aplicadas al trabajo. Los estudiantes en Dinamarca mostraron un alto grado de confianza en sus habilidades con hojas de cálculo (89% se consideró “muy” o “bastante” confiado), pero sólo el 57% respondió a las preguntas prácticas correctamente. En Finlandia, hubo una historia similar con el software de presentación (87% se consideró “muy” o “bastante” confiado, pero sólo el 60% respondió correctamente las cuestiones prácticas).
Algo que los estudios refuerzan es el problema que existe de creer en la falacia de los “nativos digitales”: Los jóvenes que se supone que cuentan con las habilidades necesarias para las tecnologías digitales, conseguidas sólo a través de la exposición a ellas. Es claro ver en los resultados que un montón de tiempo utilizando los medios de comunicación social no se traduce en gente joven que tiene las habilidades necesarias para el trabajo. Hay grandes diferencias entre las habilidades para utilizar herramientas como las de procesamiento de texto, hojas de cálculo y presentaciones, pero también hay sorprendentes y preocupantes deficiencias en relación con las habilidades para utilizar las herramientas de colaboración en línea y el uso de la web. En Finlandia, Alemania y Suiza, había marcadas diferencias entre la autoevaluación de los participantes (por lo general alta) y su rendimiento real. Un factor clave del aumento en el uso de las TIC en el lugar de trabajo es la oportunidad que ofrece el Internet para la colaboración y el trabajo más eficaz. Si los jóvenes no están equipados con las habilidades necesarias para trabajar en línea, y dejar que solo usen los softwares de oficina “tradicionales”, hará entonces, que la diferencia entre las habilidades necesarias en el trabajo y las habilidades presentes sólo se agrande.

Alemania y Suiza, países que también tienen los primeros puestos en una serie de indicadores internacionales de competitividad y habilidades digitales, revelaron niveles de confianza similares a los encontrados por los estudios daneses y finlandeses. El 79% de los estudiantes alemanes estaban “muy” o “bastante” confiados en sus habilidades en el uso de hojas de cálculo, mientras que sólo el 38% logró responder a las preguntas de la prueba correctamente. En Suiza, el 85% de los participantes evaluaron sus habilidades como “buena” o “muy buena” en el uso de Internet y correo electrónico, sin embargo, sólo el 34% logró obtener ese nivel en una prueba práctica. Un hallazgo particularmente interesante del estudio en Suiza fue que los que contaban con certificados de ECDL tenían un rendimiento significativamente mejor en las pruebas prácticas, lo que sugiere que un curso de formación estructurado con la certificación es una manera de asegurar que las personas tengan las habilidades digitales que necesitan.
Está claro que tenemos un problema. La gente no tiene las habilidades que necesitan para el trabajo, y a menudo no responden bien al darse cuenta de eso. Lo que es peor, los jóvenes sin una capacitación digital profesional adecuada están en riesgo de quedarse atrás de la tecnología que está avanzando más rápido que sus habilidades. Afortunadamente hay soluciones para este problema, asegurarse de que todos tengan un acceso estructurado, bien pensado a programas de capacitación, el respaldo de una certificación como las de ECDL para demostrar que las personas han obtenido realmente las habilidades informáticas que necesitan, y que puede ayudar a cerrar la brecha de estas habilidades a la cual estamos enfrentando.
Más información en el documento de posición de ECDL Foundation, ‘Percepción y Realidad: Midiendo las habilidades digitales’. Y en su Anexo.
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